Mucho ha llovido desde aquella noche, donde un binómio formado por David Gil y José Mª Calderón dirigía a un grupo de jugadores que llevaban a esta ciudad a la élite del baloncesto español por primera vez. Ascensos, descensos, partidos épicos, incertidumbre y alegría. Todo eso ha acompañado al Lucentum durante estos años donde el problema siempre ha sido el mismo: alguien que apostara por un club trabajador, que ha conseguido unir a la provincia, planificado, que rema hacia adelante y lucha por objetivos como el de ayer.
Alicante es de ACB desde aquel primer ascenso. Sólo falta que alguien se de cuenta de una vez. LU-CEN-TUM!!!
