Se acabó (¡¡por fín!!) el período electoral. Terminó una campaña que se ha basado en desprestigiarse entre unos y otros, en vez de aportar soluciones a la situación económia actual y que ha estado marcada por las acampadas-protesta de los ciudadanos que ven cómo la democracia peligra. Ahora toca que unos se monten la fiesta y que otros se pongan a pensar en sus fallos y mientras tanto el que sale perjudicado siempre es el mismo… el pueblo.
