Los alicantinos desconocemos la razón por la que tenemos que recibir el agua que nos toca toda de una vez, pero 34 años después de la riada que quedó grabada en nuestras retinas, seguimos pensando que quien tuvo la idea se quedó descansando.
Mentiría si dijera que no me sorprenden los acontecimientos políticos de este fin de semana en España, porque aunque algunos pobres ilusos (entre quienes me incluyo) teníamos una pequeña luz de esperanza, sabíamos que la cosa acabaría así, porque este país es así.