No nos engañemos. A nadie le deja indiferente nuestro archiconocido satélite. Nos atrapa, nos emboba y enamora de cualquier forma, ya sea en ficción o realidad. Objeto y motivo de múltiples sentimientos de amor y lamentos.
Dicen que llegaron a ella hace décadas y quienes tuvieron la suerte de pisarla afirman que no se puede explicar la sensación que transmite.
Científica y emocionalmente, sin la luna la vida no sería tal, pero dudo que el ser humano pudiera inventarla como la conocemos.
