Algunos llevan tantos años de vacaciones que han creado «destinos» poco o nada favorables para el ciudadano normal y corriente que ha de intentar sobrevivir con lo poco que pueda ganar trabajando.

Poco más de un año ha pasado desde que la televisión valenciana bajara la persiana y hace pocos días ya salió la noticia, desde la capital del Túria, que en breve podría haber un nuevo canal autonómico. Aseguran que no estará manipulado y se dirá todo lo que se deba. ¿Realmente será así? ¿Tendrá que ver que se acercan elecciones y las redes sociales no son suficiente para hacer propaganda?
Siempre hemos tenido corrpción política en nuestro país multicolor (actualemente hay unos 102 casos reconocidos en España) y sabíamos de la existencia del término «imputado», pero no se puso verdaderamente de moda hasta que Gürtel, Brugal y Fabra entraron en nuestro día a día.
Es como el reparto del gordo, cada día cae en un sitio… y lo mejor de todo es que NO VA A PASAR NADA por ello.
Ya que NADIE quiere echarlos, ¿alguien sabe qué tengo que hacer para separarme de ellos?
Ahora que está tan de moda pedir una encuesta popular para ver si te quieres separar de tu país, «loralicantinor» no vamos a ser menos. No es ningún secreto que añoramos y deseamos separarnos de todo lo que tenga que ver con la capital del Túria, y ahora mismo nos ha salido un producto muy característico de esta zona con la que podemos copemtir perfectamente con el resto del territorio: nuestra propia corrupción. Está a un nivel tan alto que lo suyo sería que no tuvieran que venir «de fuera» a solucionarla.
… y el gran Arquímedes así nos lo demostró hace un porrón de siglos. Y es que cuando la nulidad e incompetencia de los dirigentes de este club pesa más que las ganas e ilusión de una afición herculana maltratada durante años, por empujar a su equipo, sucede que 90 años de historia acaban en el fondo del olvido. Y a pesar de todo… Macho Hércules
Nuestra edil está en estado de buena esperanza, a la cual felicito desde este pequeño espacio que nunca leerá… pero sin embargo no es tan buena y esperanzada la situación tan embarazosa que nos deja a todos los alicantinos, y es que el Ayuntamiento de Alicante está endeudado, en quiebra, en bancarrota y el resultado de tanto derroche y mala planificación los vamos a pagar todos los que aquí vivimos, en forma de (más) impuestos.