He de confesar que, después de lo vivido el pasado martes en esta ciudad, no había vivido yo algo semejante… o al menos no había sido consciente de la cantidad de agua que ha pasado por debajo de mis ruedas… bueno, las mías no, las de mi coche. El caso es que, cuando ves bajar un río de agua por una calle principal te preguntas porqué toda ese agua baja por ahí y no por donde debe… o donde debería. Tan preparados que estábamos y nos hemos ahogado en el mismo vaso de agua… o jarra.

Como nací al peu de «Beni», es decir: en el barrio, mi referencia en cuanto a gotas frías, siempre han sido las calles Calderón, San Vicente, Bailén y la Rambla. Me he quedado atrapado en alguna de ellas en estos episodios (la peor en el año 1987, que no podía salir de la puerta de la CAM en la Rambla) y esta vez no sé como ha sido la cosa por allí. Imagino que bien, porque la mega trapa-fuente que hay en la plaza de toros (mucha gente ignora que eso es un gigantesco sumidero), si que habrá engullido toda el agua que baja de Beni y de Fer y que inevitablemente acababa en la Explanada y la C/San Fernando, inundandolo todo.